martes, 29 de diciembre de 2009

Ciudad de Dios

Era un domingo normal, sin ni una pisca de anormalidad, nada. De costumbre esperábamos recibirte con una cara más amigable que la del domingo anterior o que la del día anterior, tratabamos hacer lo mejor posible. Era un acuerdo mútuo, tu sonríes yo sonrío, algo así. No cumpliste el acuerdo viejito, te esperambamos con la sonrisa solicitada, pero de tu parte vi una cara arrugada y agresiva, ¡¿por qué?! ¡teníamos un acuerdo! Bueno, era un domingo normal, ya lo había dicho. Nada de anormal, era tu cara típica, lamentablemente, era tu cara típica. Por lo menos recordaste traerme la película que te había pedido, Ciudad de Dios. Recuerdo solo la mitad de la película, después el ambiente se puso un poco más denso de lo normal, al menos ya no era tan normal y monótono como de costumbre. Tomaste mucho alcohol y usaste drogas, creías que no lo notabamos, ¿creías que seríamos más tontos que un drogadicto? Ya ni recuerdo cual fue el problema esta vez, cual fue al crítica u ofensa que lanzaste esta vez, si recuerdo que fue muy dura y agresiva, mucho más que las anteriores. Decidiste cerrar ¡tú! la puerta de la entrada, te quise ayudar porque tu estado no era apto para poner la llave en la chapa y dar vuelta la llave, estabas ebrio. Decidí ayudarte y pensé que sería lo mejor, pero, ¡tú! querías cerrar la puerta, solo tú. No encontrarte nada mejor que forcejear como un niño de 5 años que le quieren quitar un juguete, no me quisiste dar las llaves. La Paty intervino y fue peor, ¡ella es mujer! con ella no puedes resistirte de la misma manera que te resistes conmigo a que no te quitaran el juguete, ¡no puedes dañar a una mujer! no debes hacer eso. Eso no lo paso, no lo acepto , muero al ver a lo que hemos llegado, a la instancia innecesaria que hemos llegado. Ganas de pegarte un combo bien pegado no me faltaron, con mi mamá nadie se mete, viejo. El combo me llegó a mi, primera y última vez que me pegabas. Me dolió, me dolió el corazón, me dolió verte asi de drogado, al extremo de golpear a tu mujer y a tu hijo. Me dolió todo lo invisible, me dolió verte y ser tu hijo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario