martes, 29 de diciembre de 2009

N.N.


Entre las 7:15 y las 7:30 A.m. lo veía sentado en los asientos de la estación Plaza de Armas.

Desde dentro del metro yo lo notaba indiferente y angustiado junto a una bolsa de feria y su inseparable prestobarba. Se afeitaba en la estación sin importarle el mundo, mirando siempre al suelo y con los ojos brillantes, al parecer no era un anciano feliz.
Hace un tiempo me di cuenta que ya no está donde cada día lo veía, no quiero pensar lo peor.

1 comentario:

  1. Entre las 7:15 y las 7:30 A.m. lo veía sentado en los asientos de la estación Plaza de Armas.

    Desde dentro del metro yo lo notaba indiferente y angustiado junto a una bolsa de feria y su inseparable prestobarba. Se afeitaba en la estación sin importarle el mundo, mirando siempre al suelo y con los ojos brillantes, al parecer no era un anciano feliz.
    Hace un tiempo me di cuenta de que ya no está donde cada día lo veía, no quiero pensar lo peor.

    ResponderEliminar